21/04/2025
En una Buenos Aires donde comer afuera puede ser todo un lujo, hay lugares que todavía apuestan por lo casero, abundante y accesible. Así es el Bodegón Devoto, una joyita del barrio que combina platos típicos, porciones gigantes y un menú diario a tan solo $10.000. Su ubicación estratégica y su cocina bien porteña lo convierten en uno de los favoritos del oeste de la ciudad. De milanesas XL a flanes caseros, un recorrido irresistible por los sabores clásicos que nunca fallan.
Mientras muchos restaurantes se reinventan con propuestas gourmet y precios elevados, hay quienes se mantienen firmes en su esencia. Bodegón Devoto es uno de esos lugares que resiste con sabor y abundancia, ofreciendo platos bien porteños a precios accesibles.
Ubicado sobre la calle Chivilcoy al 3800, a metros de la Plaza Arenales, este bodegón se transformó en un clásico moderno del barrio de Devoto, una zona que en los últimos años creció a nivel gastronómico sin perder su identidad tranquila y barrial.
El alma del Bodegón Devoto está en su carta extensa y tentadora, donde la cocina casera es la gran protagonista. Desde entradas bien porteñas hasta postres que remiten a la infancia, cada plato está pensado para satisfacer con sabor, cantidad y precio. Estos son algunos destacados:
Empanadas de carne cortada a cuchillo
Rabas crocantes con alioli
Provoleta clásica
Tortilla española con chorizo colorado y pimientos
Tagliatelle al huevo
Ñoquis de papa
Ravioles de morrón caseros
Milanesa napolitana XL para compartir
Milanesa XXL con toppings variados
Risotto cremoso de cordero
Bondiola braseada
Pollo con crema de olivos
Flan con dulce de leche
Budín de pan
Volcán de chocolate
Panqueque con dulce de leche
El dato que más sorprende (y enamora) es el precio: el menú diario cuesta apenas $10.000. Por ese valor, se puede disfrutar de plato principal y bebida, una oferta que lo convierte en una de las mejores opciones económicas para almorzar en Buenos Aires.
Comparado con otras propuestas de la zona, Bodegón Devoto mantiene una excelente relación precio-calidad, sin escatimar en porciones ni en sabor.
El espacio mantiene la esencia clásica de los bodegones porteños, con mozos atentos, manteles a cuadros, mesas familiares y ese bullicio cálido que solo se encuentra en lugares donde la gente va a comer bien. Ideal para almuerzos entre semana o para una comida tranquila durante el fin de semana, con amigos o en familia.
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La ubicación estratégica también juega a favor. El bodegón está a pocas cuadras de la estación Antonio Devoto del tren Urquiza y recibe varias líneas de colectivo (105, 107, 108 y 114), lo que facilita el acceso desde distintos puntos de la ciudad. Además, después de comer, nada mejor que dar una vuelta por Plaza Arenales, una de las más lindas de Buenos Aires.
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