El crítico gastronómico Miguel Brascó tenía su propia mesa en la sucursal de Recoleta. Su relación con Alejo Waisman, junto a sus hermanos dueños de Sottovoce (y ahora también de Fervor, Il Quotidiano, El Burladero y La Taberna, el restaurante fundacional en Lomas de Zamora), comenzó en 1994, durante un concurso de chefs jóvenes en la feria Expo Gourmandise. En aquel entonces, Alejo daba sus primeros pasos como chef, y Brascó lo siguió de cerca en su trayectoria. "Cuando abrimos Sottovoce, Miguel ya era como de la familia. Le pedimos que diseñara los menús y que fuera la cara de nuestra publicidad, y él aceptó encantado", recuerda Waisman. Todavía conservan en Sottovoce los menús diseñados por Brascó, como un símbolo de su influencia en la historia del restaurante.
El respaldo de una figura tan prominente fue un claro voto de confianza, pero el éxito de los Waisman se basa en una calidad constante, un servicio atento y, sobre todo, un profundo entendimiento de su clientela: exigente, amante de lo clásico y con un buen poder adquisitivo. Las pastas de Sottovoce cumplen con las expectativas de los habitantes de Buenos Aires. Son hechas en casa, ofreciendo desde los clásicos ravioles de espinaca y ñoquis de sémola hasta los más innovadores tallarines negros, acompañados de salsas generosas en crema y jamón.
Gracias a la cantidad de productos que utilizan en sus establecimientos, comenzaron a traer diariamente pescado fresco en un camión refrigerado desde Mar del Plata. Al preguntarle al camarero, que está bien entrenado e informado, sobre la pesca del día, puede probar besugo o pez palo recién capturados del mar hace solo unas horas.
La carta también incluye platos poco comunes que están en peligro de desaparecer, como sesos a la siciliana, hígado encebollado a la veneciana y conejo preparado de manera diferente cada día. Para el postre, ofrecen tiramisú, affogato y panna cotta en abundancia. La selección de vinos es amplia y también ofrecen algunos cócteles clásicos preparados con ingredientes de calidad.
En la actualidad, Sottovoce es un establecimiento clásico que ha disfrutado de 16 años de éxito continuo, algo que habría llenado de orgullo a Brascó, quien desaprobaba las tendencias pasajeras.
Opinión de la Guía MICHELIN
Berenjenas parmigianas, Rotolo alla bolognese, Spaghetti nero con langostinos, unos deliciosos Malfatti de pasta casera rellenos de ricotta y espinaca... Haciendo esquina frente al Parque Thays de Recoleta (debe su nombre al arquitecto y paisajista francés Carlos Thays) encontrarás uno de los grandes clásicos de la ciudad, repartido en dos plantas y con una pequeña terraza bajo los soportales de la entrada. El restaurante Sottovoce está considerado uno de los grandes referentes de la cocina italiana en Buenos Aires, pues a parte de hacer una deliciosa pasta artesanal (la elaboran con sémola dura de trigo candeal y huevo) ofrecen algunas especialidades muy difíciles de encontrar en ningún otro establecimiento (como los Sesos alla siciliana). ¿Curiosidades? Las cartas se decoran con los dibujos de un famoso escritor, humorista, ilustrador y crítico gastronómico (Miguel Brascó) que... ¡siempre tenía reservada la misma mesa!