07/04/2025
Cocinar arroz puede parecer fácil, pero lograr que quede suelto, sabroso y con buena textura muchas veces se vuelve un desafío. Sin embargo, existe un truco tan simple como efectivo que puede marcar un antes y un después en tu cocina: solo necesitás una cucharadita de vinagre. Te contamos por qué este ingrediente es el secreto mejor guardado para que tu arroz quede siempre perfecto, sin pegarse y con un sabor equilibrado.
Escuchar artículoEn cualquier hogar argentino, el arroz es uno de esos básicos que no pueden faltar. Acompaña milanesas, rellena empanadas, protagoniza ensaladas frescas o guarniciones calentitas. Pero ¿cuántas veces terminamos con un arroz pegajoso, apelmazado o insípido? Para lograr esa textura suelta y firme que tanto nos gusta en los restaurantes, hay un ingrediente secreto que hace toda la diferencia: el vinagre.
Parece magia, pero tiene base científica. Al agregar vinagre al agua de cocción, se reduce la cantidad de almidón que el arroz libera. Menos almidón significa menos pegote y más grano suelto. Además, el vinagre refuerza la estructura del arroz, aportándole una textura más firme y agradable al morder.
No te preocupes: no cambia el sabor del plato. Su función es tan sutil que no vas a sentirlo, pero sí vas a notar un arroz más rico, balanceado y con una cocción pareja.
La regla es simple y efectiva:
? 1 cucharadita de vinagre por cada taza de arroz crudo.
Podés usar vinagre blanco, de manzana o de alcohol. Simplemente agregalo al agua de cocción junto con la sal y cociná como de costumbre.
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Además de mejorar la textura y el sabor, el vinagre tiene propiedades antibacterianas naturales, lo que ayuda a conservar el arroz cocido por más tiempo. Ideal si te gusta preparar de más y guardar para después.
Probá este truco en tu próxima comida y descubrí la diferencia. Vas a sentir cómo los granos se separan con facilidad, sin pasarse ni quedar duros. Si lo combinás con un toque de manteca al final o un salteado de vegetales, tenés un plato sencillo pero digno de un bistró.
Visualmente, el arroz se ve más prolijo, con brillo y volumen. Al paladar, firme pero no duro, ideal para acompañar carnes, pescados o incluso para armar un buen risotto sin que se apelmace.
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