25/04/2025

turismo

La Poma, el rincón escondido de Salta donde la naturaleza y la cocina ancestral te roban el aliento

Entre volcanes dormidos, cuevas milenarias y uno de los salares más impresionantes del país, La Poma emerge como un destino perfecto para quienes buscan aventura, cultura y sabores ancestrales. Este paraje escondido de Salta combina lo mejor del turismo natural con una cocina regional que rescata técnicas e ingredientes originarios, ofreciendo una experiencia multisensorial en plena altura.

Una joya salteña lejos del turismo masivo

Mientras muchos viajeros siguen rutas ya transitadas por el norte argentino, La Poma se mantiene como un secreto bien guardado. A solo 200 km de la ciudad de Salta, este pequeño pueblo del departamento homónimo propone una experiencia distinta: respirar aire puro a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, recorrer formaciones naturales imponentes y degustar una cocina que respeta los ritmos de la tierra.

Sabores con historia: cocina andina en altura

La cocina local en La Poma se basa en ingredientes que han acompañado a los pueblos originarios desde tiempos inmemoriales: maíz, quinoa, papa andina, carne de llama y hierbas autóctonas como la rica rica y la muña muña. Las preparaciones tradicionales -como el guiso de quinoa, las empanadas de carne cortada a cuchillo y las humitas en chala- se ofrecen en cocinas familiares o pequeños comedores, donde cada plato cuenta una historia.

Una parada obligada es en los puestos locales o casas de comida que ofrecen productos frescos del altiplano. Allí, el viajero puede probar desde quesos de cabra artesanales hasta dulces regionales elaborados con frutas de altura. Acompañar la comida con un té de coca o una infusión de hierbas locales no solo es parte del ritual, sino también una ayuda contra el apunamiento.

Entre volcanes, salinas y cuevas mágicas

El entorno natural de La Poma no se queda atrás. El Puente del Diablo, una caverna decorada con estalactitas sobre el río Calchaquí, parece sacada de una película fantástica. Los Graneros Incaicos, declarados Patrimonio de la Humanidad, acercan al visitante al legado ancestral de la región. Y el campo volcánico de Los Gemelos, con su piedra pómez negra, sorprende por su contraste con el cielo limpio del norte.

Más allá, las imponentes Salinas Grandes, compartidas con la vecina Jujuy, ofrecen un escenario blanco e infinito ideal para una postal única y un respiro en medio de la aventura.

Cómo llegar y cuándo ir

El acceso a La Poma requiere algo de planificación. Desde la ciudad de Salta, se llega por la Ruta Nacional 68, combinando con la Provincial 33 y la mítica Ruta 40. Son casi 200 km de recorrido, no siempre sencillos, pero rodeados de paisajes que hacen que cada curva valga la pena. Se recomienda viajar en vehículo preparado y, si es posible, acompañado por guías locales que conocen bien el terreno.

La mejor época para visitarla es durante la temporada seca, entre abril y octubre, cuando el clima es más estable y el cielo despejado realza aún más la belleza del entorno.

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