Un recorrido desde Bariloche al mundo

Mamuschka nació de la visión de Juan Carlos Carzalo, un contador que decidió dejar atrás los números para dedicarse a la gastronomía. A pesar de no tener experiencia previa en la elaboración de chocolate, su pasión y dedicación lo llevaron a crear una marca que hoy es sinónimo de calidad y distinción. Desde sus inicios en Bariloche, la fábrica ha crecido exponencialmente, produciendo más de una tonelada de chocolate por día, y mucho más durante la temporada alta.

Con el tiempo, Mamuschka ha perfeccionado sus recetas y procesos. En 2015 dieron un gran salto al comenzar a producir chocolate "bean to bar" (del grano a la tableta), lo que significa que controlan todo el proceso, desde el tostado del cacao hasta el producto final. Esta evolución permitió a la empresa imprimir su sello personal en cada pieza que producen, garantizando una calidad excepcional.

Reconocimiento internacional

El reconocimiento de Mamuschka no se limita al mercado argentino. A lo largo de los años, la marca ha sido galardonada con 26 premios en el prestigioso certamen International Chocolate Awards, una competencia global que destaca la excelencia en la producción de chocolates. Este logro coloca a Mamuschka a la par de los históricos productores europeos, consolidando su lugar en el mercado internacional.

Entre sus creaciones más destacadas se encuentran los bombones de mousse de limón, el famoso timbal de dulce de leche -una receta que ha sido fuente de inspiración para muchas otras chocolateras- y sus productos innovadores como el chocolate con frambuesa y remolacha o el bombón de Baileys, fabricado con licor auténtico. Cada pieza refleja la obsesión por los detalles y la búsqueda constante de perfección que caracteriza a su fundador.

Expansión en Buenos Aires

Si bien Mamuschka ha tenido presencia en Buenos Aires con un local en Recoleta, la apertura de una tienda en Palermo representa un salto significativo. Ubicada en Honduras, entre Malabia y Scalabrini Ortiz, esta nueva casa central será mucho más que un simple local. Con cuatro plantas, ofrecerá un espacio donde los amantes del chocolate podrán disfrutar de todas las creaciones de la marca, desde sus bombones y tabletas hasta su nueva línea de helados, que por primera vez se comercializarán en la Ciudad.

La expansión de Mamuschka en Buenos Aires no solo refuerza su compromiso con la calidad, sino que también lleva un pedacito de Bariloche a la capital, invitando a los porteños a sumergirse en el mundo del chocolate artesanal que ha conquistado paladares en todo el mundo.

El futuro del chocolate argentino

Mamuschka no es solo una marca de chocolates, es el ejemplo perfecto de cómo una empresa argentina puede crecer, innovar y posicionarse a nivel internacional sin perder su esencia artesanal. Con su apertura en Palermo, esperan seguir ampliando su base de clientes y ofreciendo productos de calidad, hechos con dedicación y pasión.

La historia de Mamuschka es un testimonio de cómo el trabajo duro y la innovación pueden llevar a una pequeña fábrica en Bariloche a competir con los mejores del mundo. Y ahora, con su expansión en Buenos Aires, parece que el cielo es el límite para esta marca que sigue conquistando corazones (y estómagos) alrededor del globo.